En la mira

El valiente dura hasta que el cobarde quiere

 

Otra vez Gerardo Fernández Noroña hizo de las suyas en la Cámara de Diputados. Manoteando y gritando llamó corrupto, asesino, ladrón y sinvergüenza al secretario de Comunicaciones Juan Molinar Horcasitas, durante la comparecencia de éste en la Cámara de Diputados, hoy, 26 de octubre.

Al presidente Felipe Calderón lo llamó alcohólico, “Sólo hay tres sinvergüenzas peores que el borrachito de Felipe Calderón y son Juan Molinar Horcasitas, Javier Lozano y Genaro García Luna, quienes son unos asesinos de mala entraña” vociferaba el diputado del Partido del Trabajo, Fernández Noroña, y amenazaba con el puño que llamaría alcohólico cuantas veces le diera la gana a Calderón y que nadie lo iba a callar.

El secretario de Comunicaciones acudió al Palacio Legislativo a una comparecencia a la que estaba obligado. A los insultos de Noroña respondió exigiendo respeto tanto a su persona como al presidente Calderón y aunque estuvo a punto de abandonar el salón, espero hasta obtener el aval del presidente de la Comunicación de Comunicaciones, que también reprobó el proceder del patán.

Lo que Fernández Noroña hizo fue tanto como escupir para arriba. Su proceder y sus insultos lo califican a él mismo y denigran al Poder Legislativo, no a los que agredió verbalmente.

Pero todo tiene un límite.

¿Se puede permitir que un diputado, por el simple hecho de serlo y gozar de fuero insulte y agreda a quien se le dé la gana?

¡Ya basta!

El fuero debe proteger al legislador al ejercer el cargo para el que fue electo, pero no debe ser un aval para abusar de los demás.

Tal figura debe desaparecer, o por lo menos ser reglamentada.

El valiente dura hasta que el cobarde quiere y el valentón de Fernández Noroña sigue actuando como psicópata no sólo porque lo es, sino porque nadie ha emprendido una acción legal en su contra.

Queda claro que su personalidad quedó estacionada en la etapa de niño bravucón, con un superyó estructurado al nivel más bajo; el Peje lo escogió como golpeador, pero sus compañeros ya lo han dejado llegar muy lejos.

¿Es ese el ejemplo de los “diputados de izquierda” que el PRD, el PT y Convergencia quieren que el pueblo tenga en mente a la hora de acudir a votar?

Un diputado que quiere descalificar a sus oponentes a base de insultos, a falta de conceptos, no merece seguir en el cargo.

Recuerden: El valiente dura hasta que el cobarde quiere.

¿O van a seguir permitiendo los comparecientes ante la Legislatura ese trato?

¿Van a seguir sin tomar medidas los legisladores? (Lo que los convierte en cómplices).

Para acabar con ese esquema lo único que se requiere es una mayoría de diputados con educación. ¿Es mucho pedir?

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